jueves, 15 de diciembre de 2011

nº 64 SMPG15122011



La estética nos mata. Últimamente hasta Punset afirma que decidimos más sentimentalmente que racionalmente. Lo que nadie dice es que somos igual de cafres cuando sentimos que cuando pensamos. Al parecer no es garantía de nada hacer caso del mensaje en lugar de al mensajero. Pero lo otro sigue siendo peor. Siempre nos queda la seguridad de acertar cuando aborrecemos el mensaje y el mensajero.

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