viernes, 4 de noviembre de 2011

nº 23 SMPG04112011


Somos vanidosos una cosa mala. Nos apresuramos a decir que un hecho tiene alcance mundial cuando apenas llega a tocar a unos pocos. Y sorprende la frase "conmocionó al mundo entero". El mundo entero es entero, es decir, todo el mundo. Busquemos un ejemplo adecuado: la Segunda Guerra Mundial. Pues me atrevería a decir que aunque conmocionara al mundo, no conmocionó al mundo entero. Seguro que algún anacoreta en el desierto de Gobi o algún esquimal del polo norte no se enteró de la que se lió. Y ya no sería el mundo entero; Hay que tener cuidado con la hipérbole. Y con la sinécdoque, pero eso ya es otro tema.

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