Hay que tener claro lo que celebramos estos días: un niño nació en un establo porque no había ningún hospital público a mano, y tres días después un gobernante chalado decidió asesinar a todos los recién nacidos del lugar sin que Dios se pronunciase al respecto. El asunto sigue sin estar claro, porque el sistema judicial no tiene fondos suficientes y está algo retrasado. La mula sigue en prisión preventiva.
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