Desde que entró en vigor la prohibición de fumar en casi todas partes (hasta debajo del agua, por si acaso) los sitios ya no apestan a tabaco. Apestan a gente. Se han olido unos a otros y no les ha gustado. Ahora estamos a la espera de que prohiban la gente. El animal humano ya no soporta el olisquearse el culo mutuamente como hacen otros cánidos (hijos de perra). Para echar la meadica y decir "aquí estoy" o "estoy en celo" ahora tenemos el feisbuc.
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