Más que un animal político, el ser humano es un animal gregario, como la sardina o el borrego; el desgregarizador que lo desgregarice buen desgregarizador será. Mas allá de que el autor quisiera plasmar aquí un mensaje de optimismo inspirado en el chascarrillo de Winston Churchill: "Sea optimista: no le será de ninguna utilidad ser de otra manera."
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